Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas de febrero, 2017

Cuando no todo sale bien

 Uno de los días más excepcionales de mi vida entera estaba llegando a su fin. Ese tipo de días que son magníficos porque ofrecen todo lo que uno se imagina pero, aún más importante,  todo lo que uno jamás hubiera podido imaginar. Cuando el mundo supera todas tus expectativas, lo que deviene es la plenitud, y en ese estado, con una sonrisa dibujada de oreja a oreja, llego al único y último pueblo selva adentro, antes de la base de WCS  hacia donde me dirijo. Tengo entendido que es aquí donde debo sellar mi pasaporte para dejar el país al día siguiente.  Todo parece tranquilo en este pequeño y remoto pueblo de pigmeos y bantúes a orillas del Sangha, donde es imposible distinguir una choza de un posible puesto de migraciones. Hasta allí, llegaré empujando la bicicleta por senderos de barro descendiendo al río, guiado por un pigmeo simpático que entendió hacia dónde tenía que ir . U na vez allí, lo que usualmente debería ser una sencilla formalidad, se transformó en algo también inespe

Tierra de encuentros

Luego de períodos de tanta intensidad, día tras día manejando niveles de adrenalina tan altos, la llegada a trayectos más fáciles no sólo es bienvenida sino que se vuelve una necesidad. Para cuando llegué a Etoumbi, había pasado algunas de las semanas más extremas en toda mi vida de viajar por el mundo. Estaba feliz pero exhausto, por eso recibí con alegría el reencuentro con el asfalto. Durante aquellos días fáciles que le siguieron a "la guerra" , mirando en retrospectiva a las últimas semanas, me era difícil imaginar la posibilidad de estrechos aún más emocionantes que los que recién acababa de pasar. Pero mi travesía por la selva lejos estaba de terminar. En todo caso, recién había comenzado, y la aventura que ella tenía guardada para mí en las semanas por venir me llevaría a atravesar experiencias que pondrían a prueba una vez más, todas y cada una de mis capacidades (y limitaciones)